Al acudir al centro aeroportuario, se solicito una entrevista con el director del aeropuerto de Acapulco Hugo Hernández, pero elementos de seguridad privada que custodian las oficinas administrativas, dijeron que este no se encontraba por asuntos de trabajo.
En tanto, empleados del aeropuerto que pidieron omitir sus datos personales, dijeron que estuvo involucrado “un avión muy pequeño, con cinco pasajeros, 3 pilotos y 1 sobrecargo, los bajaron y se los llevaron a un hotel cercano. La aeronave privada aterrizo y se salio de la pista, pero no se conocen las causas. Lo único que se sabe es que el aterrizaje se dio de manera normal y fue el capitán del jet que dio aviso a los ingenieros de mantenimiento para arreglar el desperfecto. Se poncho una de las llantas del tren de aterrizaje, le están haciendo talacha” dijo uno de los empleados.
Mientras que otra empleada, aseguró que el aeropuerto de Acapulco tiene mucha afluencia de vuelos privados. Entran y salen frecuentemente. Suben y bajan de las avionetas desde artistas, políticos y empresarios de alto nivel. El percance fue el clásico “patinazo” pero el piloto es el que sabe realmente que paso”.
Al acudir a la Dirección General de Aviación Civil ( DGAC ) supeditada a la dependencia federal de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes ( SCT ), se solicito información al inspector encargado José Luis Velásquez. Empleados administrativos de la SCT señalaron que su jefe inmediato no se encontraba y que tampoco el despachador del turno matutino, “no tenemos ni la matricula de la aeronave, todos esos datos son confidenciales, a pesar de que somos SCT, no sabemos algo al respecto porque son aviones privados, son 3 empresas privadas de aviación en Acapulco”.
Por su parte, el turista Pablo Avendaño quien dijo ser usuario frecuente del aeropuerto privado de Acapulco, informo a los reporteros que justo en el hangar de junto, le estaban dando reparación al jet involucrado en el percance y que los mecánicos aeronáuticos estaban trabajando a gran velocidad para darle salida a la avioneta, para su regreso al aeropuerto de la ciudad de México.
Se solicito la entrada al hangar privado para constatar la versión del autodenominado cliente frecuente, pero elementos de seguridad privada argumentaron que el gerente de los hangares no había permitido el acceso, por tratarse de propiedad privada.