Chilpancingo,
Gro., noviembre 20 de 2014 (IRZA).- El presidente de la Unión de
Transportistas Democráticos, Apolinar Segueda Dorantes, advirtió que el
transporte en Guerrero está “narcotizado” y que es una “bomba de tiempo” porque
está “sobre pólvora”.
Lamentó y condenó el asesinato a balazos de un taxista la
tarde del miércoles sobre la avenida Ruffo Figueroa, de la colonia Burócratas,
al oriente de esta capital, después de haber hecho un servicio.
En entrevista Segueda Dorantes denunció que los gobiernos
federal y estatal no han atendido el problema de la seguridad, especialmente en
el transporte, cuyo sector está “abandonado”.
“Lo hemos dicho recio y quedito; el transporte está
narcotizado. Cómo no va haber asesinatos como el de ayer (miércoles), cómo no
va haber secuestros como el de hace un
mes del taxi 536”, expuso.
En un encuentro con el delegado de la Secretaría de
Gobernación (Segob) en Guerrero, Erick Alejandro Castro Ibarra, le pidió que
los “escuche” y que no ignore la gravedad del problema.
También lo exhortó a que aplique “un plan de seguridad
para el transporte en donde intervengan las fuerzas federales y estatales en el
municipio que considere”.
Porque “el transporte es una bomba, esta sobre pólvora en
Acapulco, Chilpancingo, en Tlapa, Iguala, Taxco, etcétera”. Demandó la
intervención urgente de las autoridades porque “no queremos más en ningún
lado”.
“Dominan los jefes de las plazas de los narcos las
organizaciones transportistas ¿lo ignoran? ¿Lo ignora el gobierno estatal? De
triste memoria los dos gobernadores pasados de alternancia y transición de
nombre y entre comillas”.
Añadió que le entristece la salida de caravanas de
Guerrero hacia la ciudad de México a exigir justicia que por ley debe
garantizarse, “el gobierno federal quiere que la sociedad cumpla pero ellos no
la cumplen primero”.
“Primero debe haber justicia para que haya paz porque no
somos masoquistas, no nos gusta que nos estén golpeando, no nos excluyan,
inclúyannos”, exigió al funcionario federal durante el encuentro.
Externó su preocupación de que el gobierno federal no
aplique un plan emergente para solucionar la crisis de Guerrero antes de que
concluya el año.
Pues criticó que únicamente se ha dedicado a instalar
comedores pero insistió que “si no se hace un plan para resolver el problema de
Ayotzinpa va a seguir siendo una bomba de tiempo”.
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