sábado, 27 de diciembre de 2014

Marchan 2 mil en Iguala, a tres meses del ataque a normalistas


Iguala, Gro.- Padres de familia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, encabezaron una marcha por las principales calles y avenidas de la ciudad de Iguala. Esta acción se da a tres meses de la persecución de la que fueron víctimas los normalistas.


El contingente de 2 mil personas aproximadamente hizo una escala en las instalaciones del 27 Batallón de Infantería donde arremetieron en contra de la fachada y el portón principal, desprendiendo una puerta para luego encarar a efectivos militares que estaban listos para tratar de contener la irrupción a su sede.
La movilización inició después de las once de la mañana desde el punto donde policías y sicarios asesinaron a los dos primeros normalistas la noche del 26 de septiembre, sobre el periférico sur esquina con Juan N. Álvarez.
Los contingentes avanzaron hasta llegar a la carretera Iguala-Taxco y tomaron la vía hacia el sur. La avanzada de la marcha hizo una pausa frente a las instalaciones del 27 Batallón donde empezaron a lanzar consignas en un primer momento, pero después varios encapuchados y los padres de familia de los desaparecidos golpeaban con la palma de su mano y palos el portón.
Luego se acercaron más encapuchados que jaloneaban y golpeaban con palos y tubos, mientras los padres retrocedieron y se incorporaron a la marcha. Los la avanzada permaneció en la sede militar y empezaron a lanzar botes de plástico, frutas y piedras hacia adentro de la zona militar.
Por los jaloneos el portón empezó a tambalearse, por lo que personal del Ejército se puso del otro lado para sostenerlo. Los empellones de los manifestantes no cesaron y lograron derribar una puerta.
Para contener la irrupción de los protestantes, varios elementos del Ejército colocaron una valla humana pero luego retrocedieron. En tanto, al menos 100 militares se colocaron alrededor del portón a unos 50 metros de distancia.
Los manifestantes encararon a los uniformados pero no se atrevieron a ingresar a la zona militar, mientras que un helicóptero alzó el vuelo para rodear por aire a los contingentes que se movilizaban. Un vehículo militar (camioneta) fue colocada a cien metros del portón.
Unos 20 encapuchados seguían golpeando lo que quedaba del portón, rayaban las paredes y continuaban lanzando artefactos, entre éstos cohetones y bombas de gas. Varios cohetones explotaron a los pies de los militares sin que se pudiera observar la presencia del algún herido.
Mujeres y hombres encapuchados gritaban: “¡asesinos!”. Dirigían su mirada hacia los efectivos del Ejército.
Los uniformados también retaban a los manifestantes para que ingresaran a la zona militar y se liaran a golpes. De las dos partes había insultos, groserías.

Un joven sin capucha que lideraba a uno de los contingentes se paró frente a los encapuchados y pidió mesura, mientras desde el altavoz de una camioneta de la CETEG se pedía “respeto a los padres de los estudiantes desaparecidos”, solicitando frenar las agresiones contra la zona militar.
Aunque los encapuchados no querían separarse del acceso a la sede militar, otros jóvenes lograron hacer que retrocedieron para continuar su movilización.
Los contingentes continuaron sobre la carretea Iguala-Taxco y se incorporaron a la avenida Bandera Nacional donde avanzaron hacia el centro, llegaron hasta la calle Juan N. Álvarez y regresaron en sentido contrario dos cuadras, sobre la avenida Guerrero. Llegaron a la plaza cívica de las Tres Garantías y, frente al Ayuntamiento quemado realizaron un mitin.
En la marcha participaron aproximadamente 2 mil personas de diversas organizaciones sociales, principalmente el magisterio disidente y normalistas de Ayotzinapa. (Agencia Periodística de Investigación)


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