Acapulco, Gro., noviembre 25 de 2015 (IRZA).- Cinco becerros, dos chivos y un caballo han sido devorados por el tigre “Ankor” en las inmediaciones de un rancho del municipio de Coyuca de Benítez, a un mes de haberse escapado de una Unidad de Manejo Ambiental (UMA).
Elementos del Ejército mexicano y de Protección Civil del Estado, así como un equipo multidisciplinario de la Asociación Nacional para la Conservación del Jaguar en México se encuentran en la zona rastreando al felino de bengala suelto y a su paso han localizado restos de animales que presumiblemente han sido sus presas.
El equipo de búsqueda ha colocado cámaras, sensores y trampas.
En medio de la espesura de la vegetación, este reportero verificó las huellas del tigre “Ankor” que escapó el 26 de octubre de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) localizada en el poblado El Bordonal, en Coyuca de Benítez, y que supuestamente había sido clausurado por la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (Profepa).
El miedo y el terror de ser atacados por el peligroso felino ha provocado perturbación entre la gente del campo que diariamente tiene que realizar tareas en parcelas y ranchos muy cerca de la zona de manglares, donde justamente se pasea el felino y ha dejado las huellas de sus patas como señal de que vive.
Elementos del Ejército brindaron protección a la unidad de especialistas que ya iniciaron el reconocimiento del lugar donde escapó el felino y la zona donde atacó a los becerros, al caballo y a los chivos.
Gregorio, propietario de un rancho donde el Tigre devoró parte de su ganado, afirmó que "no hay ninguna autoridad que se haga responsable de pagar por las muertes de sus animales, que ya son cinco becerros y un caballo, con un valor todos de al menos 52 mil pesos ".
Sorprendido porque el dueño de “Ankor” dice que su tigre no causa daño, Gregorio expresó su molestia, porque si no lo capturan, el felino va terminar con su patrimonio familiar, y mientras tiene a su ganado encerrado sin pastar, ante el temor de que sea devorado por el felino.
Sobre el suelo cubierto de hojarasca y vegetación, se pudo ver una pierna de un potrillo que dejó el tigre. En otro extremo de la misma zona, otros pedazos de lo que fueron unos chivos dan muestra de que si no es capturado lo antes posible, el ataque podría ser dirigido hacia los campesinos que laboran en los ranchos y en parcelas por donde el felino se pasea.
Y mientras el equipo Asociación para la Conservación de Jagua en México rastrea al felino con equipo de alta frecuencia, en la UMA donde escapó el tigre siguen operando con normalidad. De hecho este miércoles se observó a varios turistas recorrer el área de los manglares, pese que el tigre no ha sido capturado.
Las huellas del felino están frescas, los restos de los becerros y el caballo demuestran que el animal es peligroso. Y aunque algunos de los especialistas afirman que la presencia de la gente espanta al tigre, no deja de representar un peligro para la población, pues se mueve con mucha rapidez y además está aprendiendo a cazar a su presa en su hábitat natural, lo que complica su captura.
Los responsables de capturar al felino vienen de Yucatán, de una misión donde lograron recapturar a un jaguar y ahora, con la experiencia que tienen, intentarán localizar y atrapar al tigre.
Sin embargo, la gente de poblaciones cercanas tiene mucho miedo, algunos tan pronto cae la tarde se encierran porque saben que de donde están sus viviendas a donde atacó a los becerros, chivos y el caballo, hay poca distancia.
El operativo para dar con el felino ya inició y el Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea también han brindado su apoyo para su ubicación y recaptura. Tanto los funcionarios de la Profepa como de la Asociación para la Conservación de Jaguar, dijeron que informarían en cuanto tengan noticias.
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