miércoles, 4 de abril de 2012

Claudia Ruiz Massieu: apostándole a perder


Por Jorge Romero Rendón

Desde fines del año pasado, cuando supo que el PRI no le entregaría la candidatura al Senado en primera fórmula, porque no creció lo suficiente ni contó con los apoyos políticos locales necesarios para conseguirlo, la exdiputada federal priista, Claudia Ruiz Massieu supo que tendría que hacer un esfuerzo mucho mayor para llegar a ser senadora en la segunda posición.

Pero a pesar de saber lo que le esperaba, más el complicado panorama electoral que se avecina para los candidatos priistas que por el momento no tienen nada ganado en su lucha contra el PRD y sus aliados, la señora Ruiz Massieu da la impresión de haberse dado por vencida antes de tiempo, dejando que la maquinaria del PRI trabaje por sí sola.

De tal manera que ahora, cuando debería hacer una campaña de peso, con un discurso valiente y creíble, cuando debe jugarse el todo por el todo políticamente, la hija del exgobernador Ruiz Massieu se achicó y se ha lanzado a una doble agenda que no le ayuda mucho: o se recarga en los otros candidatos priistas, especialmente en la figura de su compañero de fórmula, René Juárez Cisneros, o recorre tienditas o mercados rodeada de cuatro gatos para hacer comentarios insulsos en la red de internet denominada Face Book, que sirven mucho para chismear, pero que definitivamente no ganan votos de ninguna manera.

Doña Claudia parece haber soltado el arpa, como dicen los músicos de alguien que entiende que no da el tono ni la medida y paraliza sus esfuerzos por puro terror escénico.

Para colmo, la gente se ha dado cuenta de la doble cara de la aspirante al Senado, pues mientras se halla en actos públicos es todo sonrisas; pero luego cambia, sobre todo cuando es sacada apresuradamente por sus guaruras, estos empujan a todo el que se atraviese y la señora se niega siquiera a saludar a los que se acercan.

Mala imagen, mala impresión, es echar a perder el acto al que asiste, como hizo durante la Convención de delegados en Chilpancingo el sábado pasado, cuando el PRI hizo oficial la candidatura de Mario Moreno Arcos a presidente municipal: con la expresión dura y un rictus de enfado se retiró corriendo del auditorio del PRI, evitando a toda costa ser tocada por las personas que querían tomarse una foto con ella.


¿Cómo vender a una candidata floja y desganada?

La duda que ya despierta entre su círculo de colaboradores es si Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari tiene en verdad ganas de ganar la elección del 1° de julio. Porque en sus propias filas hay desaliento. Ella no se reúne con su coordinador de campaña a distancia, Israel Soberanis Nogueda –exsecretario de Gobierno de Zeferino Torreblanca-, ni se toma en serio a sus coordinadores políticos u operativos. Sólo le hace caso a los “científicos” que contrató en el Distrito Federal, que al igual que ella no conocen Guerrero.

Tal es el estado de ánimo de su equipo local, que cuando le pregunté a uno de sus coordinadores porqué había sido tan malo el discurso de inicio de campaña de su candidata el pasado viernes en Acapulco, el personaje solo levantó los hombros y dijo: “no sé si ella los hace, ha de pensar que era muy bueno, pero al fin que echando a perder se aprende…”

Lo bueno es que la campaña para el Senado en Guerrero está del todo en manos de René Juárez Cisneros, que a pesar de tener ganada en el papel su posición al encabezar la primera fórmula, está invirtiendo todos sus recursos financieros, materiales, humanos, políticos y discursivos. Empeña todo su carisma y toda su energía porque quiere ganar y quiere llevarle votos al candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto.

Lo malo es que ese esfuerzo requiere que la señora Ruiz Massieu ponga todo su empeño, su imaginación y su indudable talento. Pero no se le ven tamaños para afrontar el reto con éxito. Pareciera que no tiene nada qué perder, o que ya tiene ganada su posición.

Lo peor es que como en teoría tiene todo el apoyo de su tío el expresidente Carlos Salinas de Gortari y de sus inmensos recursos políticos y financieros  -quien parece querer pagar así alguna deuda pendiente con el extinto José Francisco Ruiz Massieu-, la señora candidata se confía demasiado en el peso de los apellidos y parece pensar que no tiene que esforzarse.

¿Dónde quedó aquel activismo de octubre a diciembre del año pasado, cuando llevó por todo Guerrero su postura de defender el presupuesto del estado para el 2012? ¿Dónde aquella estrategia efectiva que la hizo crecer tantos puntos en las redes sociales el año pasado? ¿Será que se le cansó el caballo… o que algún secreto acuerdo político la va a llevar de todos modos al Senado, gane o pierda, nadando de a muertito?

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