Por
Jorge Romero Rendón
Desde
fines del año pasado, cuando supo que el PRI no le entregaría la candidatura al
Senado en primera fórmula, porque no
creció lo suficiente ni contó con los apoyos políticos locales necesarios para conseguirlo, la exdiputada
federal priista, Claudia Ruiz
Massieu supo que tendría que
hacer un esfuerzo mucho mayor para llegar a ser senadora en la segunda
posición.
Pero
a pesar de saber lo que le esperaba, más el complicado
panorama electoral que se avecina para los candidatos priistas que por el momento
no tienen nada ganado en su lucha contra el PRD y sus aliados, la señora Ruiz Massieu da la impresión de
haberse dado por vencida antes de tiempo, dejando que la maquinaria del PRI
trabaje por sí sola.
De
tal manera que ahora, cuando debería hacer una campaña de peso, con un discurso
valiente y creíble, cuando debe jugarse el todo por el todo políticamente, la hija del exgobernador Ruiz
Massieu se achicó y se ha
lanzado a una doble agenda que no le ayuda mucho: o se recarga en los otros
candidatos priistas, especialmente en la figura de su compañero de fórmula,
René Juárez Cisneros, o recorre tienditas o mercados rodeada de cuatro gatos
para hacer comentarios insulsos en la red de internet denominada Face Book,
que sirven mucho para chismear, pero que definitivamente no ganan votos de
ninguna manera.
Doña Claudia parece
haber soltado el arpa,
como dicen los músicos de alguien que entiende que no da el tono ni la medida y
paraliza sus esfuerzos por puro terror escénico.
Para
colmo, la gente se ha dado
cuenta de la doble cara de la aspirante al
Senado, pues mientras se halla en actos públicos es todo sonrisas; pero luego
cambia, sobre todo cuando es sacada apresuradamente por sus guaruras, estos
empujan a todo el que se atraviese y la señora se niega siquiera a saludar a
los que se acercan.
Mala
imagen, mala impresión, es echar a perder el acto al que asiste, como hizo
durante la Convención de delegados en Chilpancingo el sábado pasado, cuando el PRI hizo oficial la
candidatura de Mario Moreno Arcos a presidente municipal: con la expresión dura
y un rictus de enfado se retiró corriendo del auditorio del PRI, evitando a
toda costa ser tocada por las personas que
querían tomarse una foto con ella.
¿Cómo
vender a una candidata floja y desganada?
La
duda que ya despierta entre su círculo de colaboradores es si Claudia Ruiz Massieu Salinas de
Gortari tiene en verdad ganas de ganar la elección del 1° de julio. Porque en
sus propias filas hay desaliento. Ella no se reúne con su coordinador de
campaña a distancia, Israel
Soberanis Nogueda –exsecretario
de Gobierno de Zeferino
Torreblanca-, ni se toma en serio a sus coordinadores políticos u
operativos. Sólo le hace caso a los “científicos” que contrató en el Distrito
Federal, que al igual que ella no conocen Guerrero.
Tal
es el estado de ánimo de su equipo local, que cuando le pregunté a uno de sus
coordinadores porqué había sido tan malo el discurso de inicio de campaña de su
candidata el pasado viernes en Acapulco, el personaje solo levantó los hombros
y dijo: “no sé si ella los
hace, ha de pensar que era muy bueno, pero al fin que echando a perder se aprende…”
Lo
bueno es que la campaña para
el Senado en Guerrero está del todo en manos de René Juárez Cisneros, que a
pesar de tener ganada en el papel su posición al encabezar la primera fórmula, está invirtiendo todos sus recursos
financieros, materiales, humanos, políticos y discursivos. Empeña todo su
carisma y toda su energía porque quiere ganar y quiere llevarle votos al
candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto.
Lo
malo es que ese esfuerzo requiere que la señora Ruiz Massieu ponga todo su
empeño, su imaginación y su indudable talento. Pero no se le ven tamaños para afrontar
el reto con éxito. Pareciera
que no tiene nada qué perder, o que ya tiene ganada su posición.
Lo
peor es que como en teoría
tiene todo el apoyo de su tío el expresidente Carlos Salinas de Gortari y de
sus inmensos recursos políticos y financieros -quien parece querer pagar así
alguna deuda pendiente con el extinto José Francisco Ruiz Massieu-, la señora candidata
se confía demasiado en el peso de los apellidos y parece pensar que no tiene
que esforzarse.
¿Dónde
quedó aquel activismo de octubre a diciembre del año pasado, cuando llevó por todo Guerrero su postura de
defender el presupuesto del estado para el 2012? ¿Dónde aquella estrategia efectiva
que la hizo crecer tantos puntos en las redes sociales el año pasado? ¿Será que se le cansó
el caballo… o que algún secreto acuerdo político la va a llevar de todos modos
al Senado, gane o pierda, nadando de a muertito?
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