Chilpancingo, Gro; 10 de junio del
2013 (IRZA).- El ex
director del penal de La Unión, Omar Benito Valdovinos Salmerón, denunció que
lo ocurrido en ese lugar, donde un comando armado liberó a nueve reos, pero
para hacerlo mató a dos custodios, hirió a un tercero y a un interno, “era de
esperarse, porque hay sólo 16 custodios para 160 internos, no envían a más
personal y tampoco armamento”.
En conferencia de prensa, donde
denunció al igual que otros compañeros que de los 17 directores de los Centros
de Readaptación Social (Ceresos), 12 fueron despedidos y 100 custodios también,
de manera injustificada, dijo, “hay sólo ocho guardias por compañía, es decir,
16 por 160 reos; de las 106 lámparas que hay sólo cuatro sirven”.
Si se pudiera culpar a alguien por los
hechos, señaló al director general de Reinserción Social, José Jorge García
Rivero y al secretario de Seguridad Pública anterior, Guillermo Jiménez
Padilla, quien nunca prestó atención a lo que ocurría dentro de las cárceles.
Aseguró que dirigen “a control remoto y nunca van porque les da miedo. Esto es
derivado de las omisiones de estos señores”.
Lamentó que por no implementar medidas
preventivas se suscitaron dichos hechos “eso ocurrió, porque nadie puso
atención” y agregó que de los problemas de delincuencia organizada ya están
enterados “los altos mandos”, pero prefieren no involucrarse y dejar crecer los
problemas al interior de los penales.
“Las condiciones de los Ceresos son
precarias, pero con un poco de ayuda de estos funcionarios que no hicieron bien
su trabajo se pudieron evitar esos hechos. La Unión colinda con el estado de
Michoacán y por su lejanía es uno de los penales más abandonados por el sistema
penitenciario. Allí sólo hay tres administrativos; de personal de seguridad y
custodia son 16 elementos, lo cual es insuficiente para tantos internos”,
denunció.
Por su parte, Rafael Rivera Arizmendi,
otro despedido, comentó que él dirigió el penal de Ometepec, durante el sismo de
marzo de 2011 y le tocó ver amontonados a los internos, en condiciones
lamentables y precarias sin que nadie volteara sus ojos hacia las celdas
cuarteadas, la falta de agua, e hiciera algo al respecto.
“Nunca hubo apoyo, decía (el
subdirector, Miguel Ángel Orihuela) que no había recursos, nunca hemos tenido
apoyo por parte del señor, creo que no conoce los Ceresos mucho menos el
director del sistema (José Jorge)”, expresó.
Agregó: “la falta de atención de los
altos mandos provoca esta misma situación; los centros más seguros Iguala,
Chilpancingo y Acapulco; no hay Ceresos de alta o máxima seguridad, todos los
demás son de baja seguridad”.
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