Ciudad Altamirano, Gro.,
febrero 29 de 2012 (IRZA).- Poco antes de las 12:00 del día de este
miércoles, padre e hijo fueron ejecutados a balazos en el primer cuadro de esta
ciudad.
Los
hechos sucedieron afuera de la tienda de abarrotes “Distribuidora Pungarabato”
donde realizaban compras, a unos metros del Ayuntamiento Municipal, sobre la
Avenida Pungarabato casi esquina con la calle Fray Juan Bautista Moya.
Las
víctimas fueron identificados como Hidalberto Aguilar Frías y Tomas Frías
Gonzales de 52 años, hijo y padre. Sobrevivió un menor de cinco años, Brandon
Aguilar, hijo del primero.
Testigos
de los hechos indicaron que un sujeto se acerco y les comenzó a disparar en
repetidas ocasiones, el niño fue jalado por clientes de la tienda y corrieron
hacia el interior logrando salvarlo de las balas.
Los
tres habían arribado a la tienda en el taxi número 27, placas de circulación 18-28-FFT del Municipio
de Tlalchapa, de donde eran originarios, y del que era chofer Hidalberto
Aguilar Frías. Los cuerpos quedaron tendidos frente a la cortina de la tienda,
cerca de la unidad en un charco de sangre.
Paramédicos
llegaron al lugar a brindarles los primeros auxilios pero ya habían fallecido.
El
pequeño fue apoyado por personal de la tienda y elementos de rescate, sufrió
una crisis nerviosa.
Los
proveedores de la tienda indicaron a las autoridades policiacas que los finados
eran clientes de la abarrotera y siempre viajaban en familia, pero en esta
ocasión llegaron sólo los tres.
El
taxi quedó abierto, al parecer se disponían a cargar mercancía cuando fueron
ejecutados. Cerca de los cuerpos quedaron 6 cartuchos percutidos de calibre 9 milímetros
y una ojiva.
Autoridades
se encargaron de avisar a los familiares, el municipio de Tlalchapa se ubica a
una hora de Ciudad Altamirano.
Autoridades policiacas
de los distintos niveles de gobierno se sitiaron en el lugar y
acordonaron la zona, elementos de la Procuraduría General de Justicia ordenaron
el levantamiento de los cadáveres y fueron llevados a sus instalaciones en
Coyuca de Catalán.
Después
de los hechos las tiendas cercanas al lugar cerraron sus cortinas y el comercio
se vio interrumpido ante el temor de la sociedad.
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