Chilpancingo, Gro., febrero 29 de 2012 (IRZA).- El Centro
de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan denunció la desaparición de una
menor de edad quien habría sido víctima de una red dedicada a la trata de
personas y que opera en esa zona.
La jovencita
indígena Na Savi, Patricia Campos Muñoz, desapareció el 7 de febrero de
este año alrededor de las 7:30 de la mañana cuando se dirigía a la escuela
telesecundaria de Lomazoyatl, municipio de Alcozauca.
“Fue
interceptada por dos personas que iban a bordo de una camioneta de color negro, tipo lobo con vidrios polarizados, de la cual
descendió un sujeto quien le tapó la boca para que no gritara, llevándosela con
rumbo desconocido hacia la carretera Tlapa-Metlatónoc”, reveló Tlachinollan en
base a un comunicado de prensa.
Informaron que
los pobladores de inmediato organizaron la búsqueda de la jovencita pero les
fue imposible localizarla pues el hecho ocurrió con mucha rapidez.
Presentaron una
denuncia ante el Ministerio Público de
Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar de Tlapa pero denunciaron que las
“investigaciones avanzan con suma lentitud” y
pese a los esfuerzos de los familiares y la comunidad de Lomazoyatl, la
menor sigue desaparecida.
Acusó que las autoridades encargadas de la
investigación “conducen el caso con omisiones, irregularidades y lentitud” a
pesar de que los familiares hicieron un señalamiento contra los presuntos
responsables y que están ubicados el lugar donde se podría encontrar la menor
pero “el Ministerio Público y la Policía Ministerial sospechosamente se niegan
a actuar”.
El organismo de
derechos humanos estableció que el “fenómeno
de trata de personas en agravios de niñas indígenas no es nuevo” porque en el
año 2009 las menores Me´phaa Flora Saldaña Aparicio, Esperanza Marcelino Lara y
Herminia Apolinar Flores, oriundas de la comunidad de Ixtlahua Roja, Municipio
de Atlixtác, “fueron sacadas de su casa mediante engaños y posteriormente las
vendieron para prostituirlas y utilizarlas para
trabajos domésticos sin remuneración”.
“En ese caso las autoridades investigadoras nunca actuaron con
diligencia, las menores aparecieron no por la eficacia de la policía, sino por
la búsqueda incansable de sus propios familiares”, sostiene.
En el comunicado se añade que el caso de Patricia Campos Muñoz “demuestra que las redes locales que se
dedican a la trata de personas siguen operando en la Montaña, con la
complacencia de las autoridades”.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña lamentó que esos hechos sigan aconteciendo en la Montaña.
“La condición de pobreza, de mujer e indígena las hace sumamente
vulnerables siendo las niñas indígenas a quienes más se vulnera, ya que
constituyen el blanco perfecto de las redes locales de trata de personas, y las
que pretenden enriquecerse a costa de la dignidad y el dolor de niñas y mujeres
indígenas”, señalaron.
También reprobaron la “indiferencia de las autoridades frente a la
desaparición de la niña indígena Patricia Campos Muñoz” y urgieron al
Ministerio Público “a conducir las investigaciones con profesionalismo,
objetividad y la celeridad que el caso amerita a fin de dar con su paradero y
procesar y sancionar a los responsables”.
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