Chilpancingo,
Gro., agosto 20 de 2014 (IRZA).- Uno de los dos cuerpos
localizados la semana pasada en una fosa clandestina en la comunidad de Llano
Largo, municipio de Acapulco, era trabajador de la Universidad Autónoma de
Guerrero (UAG).
Esto fue confirmado por el rector Javier Saldaña Almazán,
quien dijo que el trabajador era de la unidad Legislativa y que hace poco fue identificado
por sus familiares en el Servicio Médico Forense (Semefo).
Entrevistado luego de asistir como invitado especial al
5º aniversario luctuoso del extinto diputado, Armando Chavarría Barrera,
Saldaña admitió que la violencia e inseguridad provocó la renuncia de por lo
menos cinco trabajadores.
Ese caso también alcanzó al jefe de departamento de
Adquisiciones, Abraham Garay quien fue raptado por presuntos delincuentes a
mediados de julio y a quien le pidieron cuota de la UAG para una banda del
crimen organizado.
“Sigue fuera de la Universidad, entiendo que no va
regresar (…) de la universidad tiene todo el respaldo si él decide irse”.
Sobre el joven del área Legislativa señaló: “algún
compañero que había sido secuestrado hace 25 días, hace cinco fue identificado
en el Semefo de aquí de Chilpancingo. Nos duele mucho, como todos los
guerrerenses, los propios que andan en esas actividades. Fue levantado en la
Alameda central levantado”.
Como parte de las nuevas medidas de seguridad que habrá
en la UAGro, explicó que realizan bardas perimetrales en zonas conflictivas,
como Tierra Caliente, cuyo costo tan sólo de ese plantel, el de Ciudad
Altamirano fue de 4 millones de pesos. Lamentó el costo que pagan por las
condiciones de inseguridad que atraviesa el estado.
“Uno no puede moverse, vamos a realizar protocolos de
seguridad, bardas perimetrales, circuitos cerrados, tener vigilantes, eso nos
ha llevado muchísimo dinero, por lo menos 20 millones de pesos (…) 500 mil
pesos mensualmente”, precisó.
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