Atoyac de Álvarez, Gro., 14 de abril
del 2013 (IRZA).-
Construida a finales del año de 1890 y con una antigüedad de más de 500 años,
la Fábrica de Hilados y Tejidos “Progreso del Sur”, se encuentra en el olvido
por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes (Conaculta) así como de autoridades municipales.
La única de las dos edificaciones que
se mantiene en pie en la Costa Grande, luce el silencio el deterioro causado
por el tiradero de basura que se encuentra al interior de la edificación de
piedra de río, bajareque y barro rojo.
Ubicada en la localidad de El Ticuí, a
10 minutos de la cabecera municipal de la Costa Grande, la ex fábrica de
hilados y tejidos “Progreso del Sur”, es una de las únicas edificaciones que se
mantiene en pie; pese al paso del tiempo.
La segunda edificación situada en la
comunidad de Aguas Blancas, en el municipio de Coyuca de Benítez ya en ruinas
muestra la falta de atención y rescate por parte de las autoridades de los tres
niveles de gobierno, en cuanto a la historia que guardaron cada una de las
familias que laboraron durante el año de 1904 cuando por primera vez en la
historia, el 21 de Noviembre de ese año, abre sus puertas a cientos de
trabajadores de los municipios de Coyuca de Benítez y Atoyac de Álvarez.
De acuerdo a la información vertida a
este medio, Rubén Ríos Radilla uno de los cronistas de este municipio en la
Costa Grande informó que el inmueble de hilados y tejidos “Progreso del Sur”,
data desde el año de 1900, cuando empresarios españoles llegaron a una visita a
este municipio, donde los españoles que visitaban la comunidad de El Ticuí, les
llamó la atención por la gran cantidad de féminas de ese tiempo que se
dedicaban al bordado de prendas de vestir, así como de la costura.
El cronista manifestó que en la
fábrica de hilados y tejidos de El Ticuí, fue una las más reconocidas en el
país, esto, por el confeccionamiento de las telas del país así como de la
producción que se tenía en ese tiempo; tal fue el agrado de empresarios de
otros países, fueron elaborados uniformes de soldados alemanes, como muestra
del desempeño y trabajo de los familias que trabajaban en ese lugar; “pues en
sus tres turnos trabajaron cientos de empleados que la hicieron la empresa más
importante de su época”, refirió Ríos Radilla.
Sin embargo al hacer un recorrido por
lo que fue una de las grandes fábricas de textiles en los años de 1904,
mientras que al interior del inmueble se encuentra relegado y lleno de basura
en una de las zonas que confeccionaron los uniformes de los alemanes, por la
falta de atención de las autoridades municipales que preside el alcalde
Ediberto Tabares Cisneros.
El inmueble con una serie de grietas,
madera corroída por el paso de los años y daños en cada una de las columnas y
la torre de la fábrica, muestra cada uno de los embates hechos por las precipitaciones
pluviales, cambios climáticos y los movimientos telúricos que se han registrado
con mayor intensidad en esta región de la Costa Grande.
Ante los llamados hechos por las
autoridades de las administraciones pasadas al IGC, Conaculta e INAH, se ha
mostrado la falta de capacidad de restauración así como de mantener los sitios
de historia que se tienen en cada uno de los municipios de la Costa Grande,
emblema de cada una de las generaciones de personas y familiares que conocen la
importancia de la historia que se vivió en los años de 1890 donde fueron
edificadas las dos únicas fábricas de hilados y textiles, que fueron entregadas
en el año de 1938 por él ese entonces ex presidente de la república Lázaro
Cárdenas, a los obreros que formaron la Cooperativa “David Flores Reynada”, la
cual trajo progreso y desarrollo a la región.
En ese tiempo El Ticuí suministró de
energía eléctrica a la cabecera municipal.
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