Chilpancingo,
Gro., junio 25 de 2013 (IRZA).- En una
reunión de trabajo con diputados locales, el secretario de Salud del gobierno
estatal, Lázaro Mazón Alonso, aseguró que ningún hospital ha cerrado sus
puertas y mucho menos ha negado atención médica por la violencia e inseguridad.
Precisó
que el único hospital que cerró temporalmente sus puertas fue el de Teloloapan
el pasado 28 de mayo de las 11 de la noche a las seis de la mañana porque
ingresó una persona herida de bala, acompañada por hombres armados.
Reconoció
que médicos y enfermeras de la región Montaña y Sierra le han solicitado su
cambio de adscripción al puerto de Acapulco argumentando el problema de la
inseguridad pero aclaró: “Acapulco tiene más inseguridad que la Montaña y la
Sierra”.
En
entrevista también aceptó que personal de vectores no quiere entrar a algunas
colonias de Acapulco por la inseguridad, “no es que este impedido, que nos pongan
una barricada para que no pasen; es que a veces nuestro personal de salud no
quiere entrar en determinadas colonias. Por ejemplo en la región que va hacia
Pie de la Cuesta hay una o dos colonias que no quieren ir”.
Durante
la reunión de trabajo de este martes con diputados locales realizada en la sala
José Francisco Ruiz Massieu, Mazón Alonso explicó que las muertes martes han
disminuido considerablemente en los dos primeros años de la actual
administración estatal.
Informó
que a la fecha tienen un registro de 18 muertes materas, 12 menos que el año
pasado. Refirió que durante las últimas cinco semanas no se ha registrado
ninguna y que en el municipio de Chilapa, que encabezaba la lista, no hay
registros.
Comentó
que esa disminución se debe a la eficiencia del servicio médico en las zonas
más apartas y a la contribución de la Escuela de Parteras de Tlapa, región
Montaña, así como el excelente trabajo que realizan médicos y enfermeras en
hospitales y centros de salud.
“Generalmente
no se detecta a tiempo un embarazo de alto riesgo por eso es importante el
primer nivel de atención que son los centros de salud, y al detectarse a tiempo
se atiende y por eso ha ido disminuyendo y cada año son menos las muertes
maternas”, afirmó.
El
funcionario estatal precisó y aclaró las dudas que en particular planteó el
diputado perredista Germán Farías Silvestre y quien acusó que la muerte de la
joven Areli Portillo Alejo, en enero de este año en el Hospital del Niño y la
Madre Guerrerense de Chilpancingo, se debió a una presunta negligencia médica.
Mazón
Alonso le aclaró que la joven de 23 años presentaba un embarazo de siete meses
y que su ingreso al hospital fue por un cuadro de dengue hemorrágico y quien
necesitaba una transfusión sanguínea pero que sus familiares, predicadores de
los testigos de Jehová, impidieron que se le realizara debido a sus creencias.
Adiel
Medina Bello, director general del Hospital del Niño y la Madre Guerrerense de
Chilpancingo, quien asistió a la reunión de trabajo, explicó que el 29 de
diciembre del 2012, Areli Portillo fue ingresada al Hospital General de Coyuca
por dengue hemorrágico y alternaciones sanguíneas derivado de su padecimiento y
que puso en riesgo su vida y la del producto por lo cual fue sometida a una
cesárea y se encontraba en estado delicado.
Presentaba
complicaciones renales, pulmonares, cardiacas, hepáticas y circulatorias y que
de acuerdo con los especialistas, requería transfusiones de litrocitos,
plaquetas y plasma, pero que sus familiares se negaron por su creencia religiosa,
lo que finalmente derivó en su muerte.
Al
respecto Mazón Alonso agregó que incluso la paciente les confirmó por escrito
su negativa a recibir transfusión sanguínea, la cual fue notificada a la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y a la Comisión de Defensa
de Derechos Humanos (Coddehum).
Además leyó un documento escrito por Daniel Torres
Santana, esposo de Areli Portillo, y validado por el Comité de Enlace con los
Hospitales de los Testigos de Jehová de Chilpancingo en el que reconocen la buena
atención que recibió la paciente del personal médico y expresaron su
agradecimiento por “haber respetado las creencias religiosas de la familia”.
Tras exhibir los documentos que avalan el caso en
particular y de la amplia explicación de los funcionarios estatales, el
legislador perredista no argumentó más pero tampoco pidió disculpas por haber
generado la confusión.
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